Con cierta sorpresa, algunas agencias de noticias informaron que: "El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, participará en la XXVIII Cumbre Iberoamericana de El Salvador, pero no asistirá a la clausura porque viajará a Cuba el día 30, dijeron ayer portavoces del Ministerio de Relaciones Exteriores".
A modo de justificaciòn, la Cancillerìa brasilera señalaba que “...por limitaciones de agenda Lula sólo estará en el país centroamericano hasta el día 30, cuando viajará a La Habana para una visita de Estado que se prolongará hasta el día siguiente, explicaron los portavoces de la cancillería brasileña”.
Hasta un inexperto analista polìtico se preguntarìa con curiosidad ¿Còmo es posible que sea màs importante la visita a La Habana que participar en la clausura de un evento tan importante para los gobernantes latinoamericanos como la Cumbre Iberoamericana? ¿Cuàl es la verdadera causa de la prioiridad que le brinda el Presidente brasilero Lula a su pròxima visita a la Isla?
Como dice un viejo refràn, mirando un àrbol no pierdas de vista el bosque. Y propio ahì radica la esencia del asunto, no se puede entender esta prioridad de Brasil sin analizar el contexto en Cuba.
El gobierno de la Isla y respetables expertos internacionales, recientemente han confirmado que en la llamada zona económica exclusiva cubana en el Golfo de México (con una extensiòn de 112000 km²) existen grandes perspectivas de petróleo y gas, estimadas en casi 20,000 millones de barriles de petróleo.
Asimismo, se procediò a la divisiòn de la referida zona en 59 bloques (cada uno con una extensiòn de 2000 km²) y a la asignaciòn de los primeros 16 bloques a importantes compañìas pètroleras como Repsol (España), Sherrit (Canadá), Norsk Hydro (Noruega), ONGC (India) y PETRONAS (Malasia).
Por otra parte, el gobierno español con una agresiva polìtica exterior logrò que sus socios de la Uniòn Europea reactivaràn el diàlogo con la Habana, y restablecieran las relaciones con Cuba; lo cual garantiza un marco legal seguro para las operaciones e intereses de sus inversionistas en la Isla, en especial, a su empresa petrolera Repsol; e incluso el arribo de otras compañias europeas.
El gobierno brasilero, representado por su Presidente Lula, consciente de las potencialidades de los yacimientos cubanos y de la agresiva competencia de los inversionistas españoles y europeos ahora màs amparados legalmente con la reactivaciòn de las relaciones entre la UE y la Isla, con el objetivo de defender, proteger y potenciar los intereses de su compañìa petrolera estatal Petrobas, ha dado màxima prioridad al desarrollo de sus relaciones e inversiones en Cuba.
Por ello, tras la visita a la Habana, en junio, del canciller Celso Amorim, el gobierno de Brasil ofreciò un crédito de $200 millones para las exportaciones brasileñas de productos agropecuarios a la Isla; firmò diversos acuerdos en sectores como el níquel y el petróleo; y anunciò la perspectiva de otorgar en breve un crédito por otros $600 millones para inversiones en la infraestructura cubana.
Ademàs, la petrolera estatal Petrobras llegó a un acuerdo para instalar una planta de lubricantes en La Habana y està negociando un acuerdo para la exploración en aguas profundas cubanas en el Golfo de México.
En esto radica precisamente la causa real del apuro del viaje de Lula a La Habana: en la necesidad de concluir definitivamente el acuerdo de Petrobras en la Zona Económica Exclusiva cubana en el Golfo de México, ahora que España y los demàs socios europeos tienen las manos libres para invertir en ese sector estratègico tan codiciado por la petrolera brasilera.
Los intereses geopolìticos petroleros de España, Canadà, Brasil e India estàn aprovechando al màximo el espacio dejado por los Estados Unidos y anticipandose al arribo de las inversiones de China y Rusia en este estratègico sector. Por su parte, Mèxico observa preocupado el posible efecto “absorbente” de Estados Unidos ò de Cuba en los yacimientos petrolìferos en el Golfo de Mèxico.
Y los Estados Unidos si no cambian su polìtica hacia la Isla, pueden quedar fuera del reparto de los restantes yacimientos petrolìferos cubanos en la referida zona en el Golfo de Mèxico ò se deberàn acontentar con subsionar todo lo que puedan antes que maduren las inversiones y se inicien las extracciones en la parte cubana.